19.12.2013 La Havana-Santa Lucía
Desde La Habana a Santa Lucía
19 de Diciembre
El Comodoro de Marina Hemingway organizó ayer una perfecta rueda de prensa a cuyo inicio asistió el Embajador de Rusia que pronunció unas emocionantes palabras de apoyo a nuestra Expedición. Recordó el V Centenario del Descubrimiento -europeo- del Pacifico y los lazos entre Rusia y España que se hacían palpables una vez más a través de la travesía "hispano-rusa" realizada antes de ayer. Calificó de heroína a su compatriota Katya, igual que la calificaron todas las personas que la vieron zarpar desde Cayo Hueso (Florida) y las que la vieron llegar a Cuba (guardias de frontera; autoridades; periodistas, etc.) También recordó el Embajador al Conde ruso Rezanov que navegó desde Rusia hasta Alaska (entonces rusa) y prosiguió hasta California donde se caso con Conchita; hija del gobernador español.
El Embajador Kamynin me ayudó muchísimo -hace ahora diez años- a organizar la Expedición Moscú-San Petersburgo que realicé con motivo del III Centenario de la Fundación de San Petersburgo por el Zar Pedro el Grande en 1713. La Travesía se realizó con la misma embarcación con la que navegué el año anterior desde Italia a Nueva York. Fue una de las travesías más bonitas de mi vida y la amistad que me une al Embajador y su familia fue el mejor resultado de esa Iniciativa.
En la rueda de prensa ha pronunciado también unas preciosas palabras el Comodoro Escrich. Entusiasta y amante de la mar donde los haya, el Comodoro está ayudando; animando; organizando e impulsando esta Expedición. Su fuerza es magia pura. Una fuerza que transmite a sus colaboradores; logrando que todo lo que sueña se haga realidad.
Ulises, el fantástico mecánico de Marina Hemingway, ha hecho varias reparaciones en la NUMANCIA; igual que hizo en abril pasado. Lo que arregla Ulises, permanece siempre en marcha.
Todo el personal de la Marina ha colaborado y ayudado. No tengo palabras para agradecerles.
A la noche hemos cenado con el Embajador y su mujer que nos han vuelto a llenar de ese espíritu constructivo y joven que impera en Rusia; una de las razones por las que me encanta vivir en Moscú.
Katya vuela pasado mañana a Cancún con Fernando (Vicecomodoro de la Marina Hemingway) y su familia (su hijo Fernandito es también un gran entusiasta de las motos acuáticas). Se da la casualidad que ellos vuelan el mismo día a México y se han ofrecido para que Katya tome el mismo vuelo. Fernando está ayudando también lo indecible para que esta Expedición avance.
A las diez zarpo. Tengo 95NM por delante. Katya va a viajar por carretera hasta Santa Lucia, acompañada por mi amigo Toby que ha organizado un lugar donde repostar combustible y descansar. Toby es un británico genial que lleva 18 años viviendo en Cuba. Me lo presentó en marzo mi gran amigo Josema, y me ayudo también muchísimo en la pasada Travesía. Es encantador y un organizador nato. Además de un señor. Conoce a todo el mundo en Cuba donde le adoran.
La navegación de hoy es fácil. Hay algo de viento pero me ayuda. El litoral de la costa noroeste de Cuba aparece virgen y precioso. Todo es armonía y belleza. Hay mucho manglar y pocas poblaciones.
Llego a las 3 a Santa Lucia y atraco en un pequeño puerto donde hay un destacamento de la Marina de Cuba. Me reciben con gran amabilidad y me ayudan en todo. También los pescadores que me preguntan -curiosos y sorprendidos- todo tipo de detalles sobre NUMANCIA y las singladuras realizadas.
Al rato llega Toby con Katya y nos vamos a casa de Weremy; un amigo suyo del lugar que nos ha preparado algo de comer. Digo algo pero en realidad es un auténtico banquete que han preparado con muchísimo cariño y que además me va a servir de desayuno-almuerzo-cena... Todo es del lugar y muy sencillo; es decir, muy bueno. El mejor arroz que he tomado en mi vida. El mejor coco. Unos peces pescados por la mañana... Al acabar me voy a dormir. Mañana empieza la guerra en serio...