Viernes, 17 de Mayo OCÉANO ATLÁNTICO
Antes de comenzar mi singladura de hoy, Chus me ha entregado una carta muy importante que ha escrito sobre reflexiones y ánimos. Emocionante en su expresión y esencia, me llena de fuerza. El día ha amanecido gris y hay mucha mar. He comenzado alegre mi jornada de navegación. A la hora, la "NUMANCIA" sufre una avería que obliga a embarcarla en el "HARMONIE" para reparar. Chus enseguida consigue ponerla en orden y se vuelve a lanzar al Atlántico. Las olas son increíbles. Hay un momento donde vienen tres enormes. Subo a la cresta de la primera y puedo ver las otras dos que me persiguen. Son olas gigantescas que imponen. Da verdadero miedo estar ahí a bordo de una moto acuática... Tan pequeña, pero que cuando responde puede con casi todo. Tiene mucha potencia para el peso que desplaza y eso la convierte en una embarcación que aguanta todo tipo de mar. Lo único que hay que tener es confianza en la respuesta que tripulante y embarcación pueden dar en cada momento. Navegando por las aguas de este Océano, pienso e imagino como será ese fondo marino, donde la temperatura del agua desciende un grado cada cien metros de profundidad. Donde "sobrevuelo" una tierra que comienza a cinco mil metros de donde estoy ahora... Una superficie donde hay volcanes; cañones como el del Colorado multiplicado por cinco. Las dorsales oceánicas pueden tener varios miles de kilómetros. En esos fondos oceánicos quedan muchísimas especies por descubrir. Ya te contaba que solo conocemos el 2% del mar. ¡No sabemos nada del restante 98%! Cuantos calamares gigantes de 20 metros habrá ahí abajo..?. Es una inmensidad en el término mas absoluto. El infinito horizonte que yo puedo ver cada día no es más que un mínimo de lo que en realidad hay... Y por las noches, sigo sintiendo lo mismo que te contaba frente al infinito del cosmos...
Al principio pensé dormir en la pequeña balsa que tengo embarcada en el "HARMONIE" y donde entrené durmiendo 40 días el pasado Agosto en Formentera. El capitán del barco Bernard y Fernando desaconsejaron llevar a cabo la idea. Las enormes olas y el viento constante de esta época del año lo hacen imposible. Sin embargo, dormir "al raso" tan cerca de la mar y con las estrellas tan próximas es algo único para mí. Aunque muy duro, estar al aire libre las 24 horas del día es fantástico... Esta noche, la Luna arabesca ilumina mucho ya. Me despierto y veo como se acuesta roja en el horizonte. El mismo horizonte en el que sueño avistar pronto la tierra de Antigua...