Sábado, 22 de Junio LLEGADA A MIAMI
La llegada a Miami ha sido preciosa. Con el pañuelico que me regaló Luis en Gran Canaria, la gorra de la fragata "NAVARRA" y las banderas de España y Navarra, entro en el puerto de Miami donde Bombardier ha instalado unas grandes carpas y pancartas con el logotipo de SEA.DOO. Están todas las cadenas de TV nacionales norteamericanas y los principales medios escritos. También hay muchas personas. Entre ellas, según voy acercándome al pantalán, veo enseguida a mi queridísima Madre, y madrina de mi Expedición Atlántica, que está con mi hermano mayor, Amalio. Agitando las dos banderas justo antes de tocar tierra, siento una indescriptible sensación. Entre los gritos de las personas que han venido a recibirme, amarro la "NUMANCIA" y me dirijo hacia mi Madre. La abrazo y entrego la bandera que me dio el Comandante de la fragata NAVARRA. Antes de saludar a los demás pido un momento de silencio y propongo a todos los presentes acompañarme en una oración de agradecimiento, que rezamos envueltos en un silencio sobrecogedor. El momento es emocionante. Después se produce una avalancha de los medios de comunicación y de muchísimas personas entre las hay compañeros de mi universidad; amigos de mi época de estudiante por estas tierras en 1982..! Una antigua profesora me saluda efusiva mientras pregunta si la recuerdo. Entre los que han venido está nuestro Cónsul que pronuncia unas preciosas palabras. Me alegro de ver a mi amigo Oliver, de Jets Marivent que ha venido desde Europa para la ocasión, acompañado de representantes de Bombardier que como sabes es el fabricante de la pequeña NUMANCIA. También mi entrañable amigo Alfonso Barón que ha colaborado muchísimo en organizar este recibimiento y todo lo que le he pedido. Y mi amigo Maiky que con su alegría natural no para de dar ordenes a todos para componer grupos para sus estupendas fotografías. Unas niñas muy pequeñas me traen dibujos de mil colores donde me representan navegando entre ballenas y grandes olas. Un reportero de la cadena NBC se despide con un maravilloso comentario que luego seria el titular en su emisión a nivel nacional: "Hoy España a perdido frente a Corea (muy injustamente) sus posibilidades de llegar a semifinales en el mundial de fútbol. Pero su gran país ha ganado hoy, aquí y ahora, un importante record del mundo de navegación"
Tras dos horas de saludos me reúno con mi equipo de apoyo. Uno a uno me dicen lo que han sentido y aprendido en esta dura Expedición. Y uno por uno agradezco su entrega y confianza. Chus, Fernando y María han estado conmigo desde Roma. Edgar y Tyson desde Puerto Rico. Su colaboración ha sido determinante para lograr el triunfo que estamos viviendo. Así es y así lo siento. Nos abrazamos y aprovechan para levantarme entre todos y lanzarme al agua del puerto. Detrás de mí, uno a uno, se tiran todos y entre gritos de alegría vivimos las breves pero intensas mieles del éxito de todo un equipo. Después de despedirme de las personas que han venido me seco un poco y me vuelvo a reunir con el equipo para preparar su vuelta a Europa. Yo me voy a quedar en Miami para organizar la última etapa de mi Expedición, que consistirá en subir a Nueva York, en riguroso solitario: sin barco de apoyo. Pero antes tendré que curarme las peligrosas heridas que tengo y reparar a fondo la moto de agua para conseguir la mayor fiabilidad posible.
No para de llover, y la cena de bienvenida que estaba preparada para esta noche en la terraza del Hotel Bentley tiene que cambiarse al interior. Mi buen amigo Ricardo lo ha organizado todo perfectamente y aunque estoy "para los leones" nos reunimos un gran grupo de personas frente al horizonte del mar del que vengo navegando...