Martes, Día 9 de Julio MIAMI - MELBURNE

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Hoy zarpo. He alquilado una camioneta para que puedan viajar por carretera mi amigo Maiky y un mecánico de Bombardier con recambios por si acaso. Maiky filmará las llegadas a los puertos del litoral.
Por fin he zarpado esta mañana rumbo a Nueva York. Estaba agotado porque anoche tuve que organizar muchas cosas y no he podido acostarme. Pero la mar me da tanta fuerza que he podido resistir la navegación. Sin barco de apoyo, en riguroso solitario he vuelto a enfrentarme al misterio del horizonte azul. 
La salida de Miami ha sido emocionante. El Alcalde de Miami Beach ha venido a despedirse. Amabilísimo, me ha entregado las llaves de la Ciudad en un acto muy bonito donde se han recalcado las ideas que dan fuerza a esta Expedición. David y Carmen de MOMO DESIGN Watches han venido también con sus hijos a despedirme. Los niños estaban encantados preguntando sobre la embarcación y el océano. Al final han buscado una moneda de 25 centavos con la estatua de la libertad grabada para que me de buena suerte. El detalle me ha emocionado muchísimo. David y Carmen están comprometiéndose con mi Expedición y van a ser parte del grupo de colaboradores que nos ayudan a hacer posible esta travesía tan especial. He zarpado ante las miradas atónitas de esos niños llenos de ilusión que se sorprenden de verme hacerme a la mar en soledad. Justo antes de marcharme, ya desde el agua, les he dicho que no teman por mi. La mar es como la vida; tiene sus momentos difíciles y peligrosos pero es maravilloso vivirla siempre desde nuestras ilusiones y fuerza interior. Y les he aconsejado que se mantengan lejos de las drogas. Que hagan deporte y tengan la valentía de rechazar siempre la droga y el alcohol. Que confíen en ellos mismos sin perder nunca la ilusión y buscando siempre la paz y el equilibrio en la naturaleza y en todas las cosas positivas que existen en nuestro mundo. Con esa fuerza única de las miradas y sonrisas de los niños, me he vuelto a meter en el Atlántico mientras les oía despedirse gritando ¡NUMANCIA! Como en tantas otras despedidas en puertos, los niños siempre gritando el nombre que resume el sentido de este esfuerzo. 
La mar esta bastante bien y puedo navegar a 35 nudos de crucero. Cuatro horas después de zarpar, a la altura de Fort Pierce, he observado unos remolinos donde el agua del sube mucho de temperatura. Era el agua que salía del circuito de refrigeración de una gran central nuclear que se encuentra cerca del litoral. En el Estado de Florida, la energía nuclear cubre el 30% del consumo energético. En éste Estado hay 3 centrales de las 108 que existen en todo el país. Al principio me he asustado un poco, pero unos pescadores que intentaban sorprender a los peces que se acercan al calor de esas aguas, me dicen que la seguridad de las centrales es máxima y que no hay nada que temer. Tres horas después he llegado a Melbourne donde me esperaban los amigos de Bombardier: Chris, Tim, Glenn, Willie, Doug, Johnny, Silvie y David. Ha sido una recepción fantástica. Bombardier USA está ayudándome mucho ahora. Están encantados y sienten una gran admiración hacia la Expedición. El distribuidor de Bombardier en España, Jets Marivent, fue el primero que apostó por mis posibilidades gracias al firme apoyo de Oliver. Ahora es la división americana y la matriz en Canada los que ayudan desde el punto de vista técnico para intentar llegar a Nueva York. 
Nada mas llegar a Melbourne han sacado la "NUMANCIA" del agua y la han revisado. Parece que Bebo y Alex la han reparado muy bien. 
Mañana sigo hacia San Agustín; la ciudad más antigua en los Estados Unidos...