Lunes, 25.02.02 NÁPOLES
Estoy atracado en el Club Canotiere Savoia. Su Presidente, el Doctor Giuseppe Dalla Vecchia me ha brindado todo tipo de facilidades. Son encantadores y me hacen sentirme en casa. Todo son atenciones y ayuda en lo que se necesite. Hoy hemos pasado todo el día reparando el catamarán que ha llegado al amanecer; unas nueve horas después que arribara yo. La misma tormenta que aguanté, la sufrieron en el catamarán. Me dicen que toda la dotación ha vomitado como campeones durante la travesía. Empezar así es bueno. Así nos vamos preparando para la tralla desde el primer día.. Ha sido importante salir desde Roma. Como te contaba, esto me va a permitir tener tres mil millas de entrenamiento ¡muy duro..! Cuando llegue a Canarias, todo va a funcionar muy bien. Voy a tener una total confianza en los equipos, en la tripulación y en mí mismo. En consecuencia, las posibilidades de éxito van a aumentar mucho.
El barco de apoyo rápido ha podido zarpar por fin esta mañana desde Menorca. Johan, que es nuestro técnico del equipo, está transmitiendo las imágenes de TV ya editadas, mediante un complejo y moderno sistema de transmisión vía satélite Hispasat, que llevamos en el barco de apoyo y que aprendió a utilizar en dos días en Madrid. Normalmente hay que hacer un curso de un mes para aprender a manejarlo, pero el sueco ha aprendido rápido. María trabaja sin descanso en producir y transmitir los contenidos de Internet. Es una mujer increíble. También es de Suecia y tiene un sentido de la responsabilidad y una capacidad de trabajo inigualables. Bernard, el capitán del catamarán, pone en orden su embarcación. El francés parece muy ilusionado con nuestra difícil aventura. Chus se ha empeñado en revisar la moto de agua. Yo le he dicho que está bien, pero él la quiere ver. Chus es mi hermano de aventuras. Todo lo sabe arreglar; desde nuestras almas dándonos a todos su ánimo y energía, hasta un "walkie-talkie" pasando por la "NUMANCIA" que es también su ojito derecho. En mi equipo de apoyo, falta una persona fantástica a la que pedí que viniera, pero al final no pudo. Seguro que todo hubiera sido mucho más fácil con su ayuda.. Esta es la carta que me envió.-
Querido Álvaro: Te agradezco muchísimo que hayas pensado en mi para colaborar en esta grandiosa AVENTURA ATLÁNTICA. Me he tomado la pasada semana y todo este fin de semana para pensarlo detenidamente y hacer cálculos sobre lo que hablamos en tu oficina. Me tienta muchísimo la propuesta que me hiciste. Sé que me metería tan de lleno -por mi forma de ser- en la aventura, que lo daría todo (en tiempo y energías). Es una experiencia única e irrepetible. Siendo muy realista y en las condiciones actuales (trabajando y estudiando) no me es posible embarcarme en un proyecto de semejante envergadura. Te deseo todo el éxito profesional que te mereces después de nueve años currándote esta aventura que será un hito histórico de gran resonancia nacional e internacional. Mi enhorabuena por adelantado y gracias nuevamente por pensar en mi. En otras circunstancias hubiera sido un sueño poder colaborar en este maravilloso proyecto. Espero verte pronto. Un abrazo enorme y mucha suerte, Borja Diez de Rivera.