Domingo, 17.03.02 PALMA DE MALLORCA - IBIZA
Tras despedirme de la tripulación del catamarán y de todos los amigos mallorquines que nos han atendido con tanto cariño, me dispongo a zarpar rumbo a Ibiza. Antes,mi amigo el Cónsul de los EE.UU. nos organiza una visita a un portaviones británico que ha llegado desde Afganistán y que se encuentra atracado en el puerto de Palma. El Cónsul se está volcando con mi Expedición. El objetivo es intentar llegar al gran país que representa, y en consecuencia ayuda muchísimo. Desde su experiencia y amistad, me aconseja muy bien en muchos aspectos que son muy importantes en esta iniciativa.
Los oficiales de la inmensa nave británica de guerra me reciben con gran amabilidad, invitándome a visitar el barco en cuya pista de despegue hay dos helicópteros pintados de camuflaje. Sobre la cubierta, entrego al comandante una bandera de España y otra de mi Expedición. Agradecido, me anima a seguir navegando y a conseguir un récord que califica emocionado como "Récord para la Paz". Esta es la unión que regala la mar. La unión entre países y culturas diferentes. Hoy estoy visitando un trocito de Gran Bretaña y me siento orgulloso del trato y de las palabras de apoyo que escucho de los marinos de guerra ingleses. Tras saludarnos muy cordialmente abandono la nave para iniciar la singladura a Ibiza.
Una avería en la "NUMANCIA" hace que tenga que sacar la embarcación del agua y repararla. Chus hace todo lo que puede y finalmente zarpo. Llegando a Ibiza la embarcación falla y no arribo a puerto hasta las tres de la madrugada. Mañana habrá que reparar a fondo el pequeño barquito.