Domingo, 7 de Abril de 2002 CASABLANCA

Publicado en Etapas

Persiste el mal tiempo. Aunque el parte meteorológico de hoy es muy malo, estoy dispuesto a zarpar para avanzar como mínimo hasta el puerto de Jorf-Lasfar. Es un lugar que se reconoce desde la mar por sus enormes espigones que lo protegen de la furia atlántica. Ahí se embarca una gran cantidad de fosfatos y el fuerte olor se percibe desde lejos. Aunque no hay nada mas que grandes buques cargueros, sirve muy bien de refugio. Ya en 1998, en mi Expedición Canarias-Bilbao, me refugié en ese puerto en medio de una gran tormenta nocturna. Esta mañana me he dirigido a la base naval donde estamos atracados. He hablado con el comandante de marina y me ha aconsejado esperar. Al sur de Safi hay un fuerte temporal que viene hacia Casablanca. 
Si se desvía hacia mar adentro podremos zarpar mañana. Pero hoy, en ningún caso. Estoy un poco nervioso porque cada día de navegación que pierdo me supone perder el ritmo físico y me baja la moral. De todas formas, como es natural, me resigno ante la madre naturaleza. Justo en ese momento Kitín Muñoz, ese aventurero español tan importante, llama por teléfono. Me dice que la mar manda y que esté tranquilo. Da mucha paz recibir los consejos de las personas que saben de verdad "lo que hay ahí fuera.." Al terminar mi conversación con Kitin, desde Corella me llama mi buen amigo Antonio Sesma que es una de las personas que han estado a mi lado desde el principio. Ha demostrado una amistad, paciencia, confianza y afecto tales; que siempre me sentiré agradecido y orgulloso de su amistad. Si todo termina bien, organizaremos un buen almuerzo en Corella, esa entrañable ciudad de la ribera Navarra, donde también vive mi tío Juan Escudero. Hablando con Corella desde la lejanía de esta Casablanca hoy lluviosa y fría, mi conversación con Antonio me ha transportado a esos veranos de mi infancia en los que desde mi entrañable Soria, viajábamos toda la familia a mi Pamplona natal. Y a Tudela, Cintruenigo, Peralta, Villafranca.. Y también a la Navarra de la montaña; Lesaca (de donde viene mi apellido), Dancharrinea, Eza, Elizondo, Ripalda, Echalar.. Cuando uno esta lejos y solo, se hecha mucho de menos la tierra que se lleva en el alma..! 
De vuelta en la base, los marinos de guerra de Marruecos me animan a no desesperar por el estado de la mar y tener calma. La verdad es que he "pillado" todos los temporales posibles desde Italia.. En este sentido no he tenido demasiada suerte.. Peor tiempo, imposible. Los marinos marroquíes están impresionados por el recorrido que se ha logrado realizar hasta ahora: me dicen que les parece increíble haber podido llegar a Casablanca en solitario desde Roma, a bordo de un pequeño barquito de 2.5 metros.. Observan nuestra "NUMANCIA" y me miran haciéndome sentir su comprensión y afecto. Ellos conocen la mar y se imaginan todo lo que estoy viviendo en mi soledad a lo largo de este tramo previo a cruzar el gran charco. 
En esto, entra un mensaje en mi móvil: "Que tengas muy buena travesía y esperamos tus noticias cuando llegues al nuevo continente!" Lo firman los alféreces de fragata de la fragata "NAVARRA" En ese momento siento una gran emoción que nubla mi mirada. Se lo enseño a los oficiales marroquíes que sonríen con emoción. Para mi representa el mayor honor imaginable, que unos marinos de guerra de mi Patria valoren mi singladura y me animen a seguir adelante. Al rato telefonea otra vez Marcial desde Mallorca. Me anima una vez mas y me recomienda esperar un poco. Marcial consulta a diario el estado de la mar en cada lugar por el que navego y cuando la cosa esta fea, me avisa siempre. Que persona fantástica es nuestro Almirante. Cuanta suerte tener un padrino de expedición así.. Estos comentarios que vienen de la gente de la mar, me dan toda la fuerza que necesito ahora. Siento su sinceridad. Su espíritu grande y limpio. Siento su fuerza de verdad. Ellos me están empujando a intentarlo. Si lo consigo será también en buena parte gracias su fe y amistad.