Domingo 28 de Abril de 2002 PUERTO COLÓN (TENERIFE)
Agotado por los últimos acontecimientos, me levanto pronto por la mañana dispuesto a seguir adelante. En el momento de despertar, pienso que no sé de donde sacaré las fuerzas que necesito en este momento, pero hay tantos motivos para no tirar la toalla que no lo voy a hacer. José Luis de Ugarte vino ayer a bordo del barco de apoyo. Ha querido ver como funciona todo; que tal navega la tripulación, y si falta o sobra algo. Hoy se marcha a Bilbao. Me ha pedido hablar conmigo a solas un rato. Le gusta como están las cosas y certifica que todo cuanto le conté en Bilbao antes de aceptar ser miembro del comité de mi travesía, es tal y como le dije. Para mí, en la mar no hay opinión más válida ni consejo más precioso que lo que este navegante vasco diga. Por eso, el hecho que haya querido venir aquí desde Vizcaya es para mí importantísimo desde tres puntos de vista: el moral, el afectivo, y el técnico. Ugarte representa en el momento previo a lanzarme al Atlántico, el ánimo más fuerte. Antes de despedirme de José Luis, me da sus últimos consejos y palabras de ánimo. Es como un padre. Un maestro. Enseguida pienso cuánto le habría gustado a mi querido padre conocer a Ugarte. Habría conectado con él al instante. Me despido de José Luis con la emoción otra vez nublándome los ojos... Qué importante ha sido verle. Seguiré siempre los consejos del noble navegante español. Ejemplo para los que amamos la mar. Si llego al otro lado, será en buena medida gracias a José Luis de Ugarte. Visito a mis amigos Kinsley que son los propietarios del Loro Parque en el Puerto de la Cruz. Este lugar modelo que mereció el premio Príncipe de Asturias a la excelencia empresarial cada vez está mejor. Me convidan a almorzar con un nutrido grupo de periodistas peninsulares que se encuentran de visita. Tengo la ocasión de hablarles de mi Expedición y de los motivos que me impulsan a realizarla. Les cuento los últimos acontecimientos y me dan ánimo y buenos consejos. Antes de despedirme, un grupo de niños me preguntan cosas sobre mi travesía. Están llenos de curiosidad e ilusión. Las cuestiones que provienen de la imaginación infantil, son las más puras y reales. Cuando les hablo del deporte; de la vida sana; de la capacidad que tenemos todos para hacer realidad nuestros sueños desde la fe y la ilusión, pero siempre lejos de las drogas y el alcohol; entonces me miran y veo que han entendido un mensaje que es importante. El porqué de tanta lucha. La razón para seguir adelante. Ahora no voy a defraudar a esos niños que esperan que les cuente un cuento que es verdad. Ni a los que envían correos a mi sitio Internet desde Alcorcón, Rusia, Argentina ó San Sebastián, animándome a seguir en esa idea de lucha contra la droga a través de la promoción del deporte.
Hoy he recibido un correo muy importante. Es del Jefe de la Escuadrilla de la Base Naval de Rota que me despidió junto al Comandante y dotación de la fragata "NAVARRA" Dice así: "Enterado salida para tierras americanas te deseo la mejor suerte del mundo, buen viento, buena mar y que la Virgen del Carmen te proteja" Firmado: Juan A. Moreno, Comandante 41ª Escuadrilla Fragatas Después de estos ánimos no puedo defraudar a los marinos de la mar y de la vida. Ni voy a defraudar por ejemplo al alcalde de la ciudad madrileña de Parla que tuvo la idea de convocarme antes de zarpar para darme ánimos y al que prometí organizar charlas si llego bien a mi destino. Igual que haremos en Navarra de la mano del Diario si Dios quiere. Ni voy a dejar de hacer posible otra recaudación para Mensajeros de la Paz como la que os he contado que se logró el Viernes en la despedida de Las Palmas. Todo esto me ayuda en unos momentos donde lo fácil sería abandonar. Justificación real hay. Motivos también. Pero el Atlántico me aguarda y tengo que ir a mi cita con él. Aunque tenga casi todo mucho en contra, tengo que intentarlo. La logística está a punto y mañana Lunes pediré los IRIDIUM. En cuanto lleguen me voy. Seguro.