Domingo, 24.02.02 FIUMICINO - NÁPOLES

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Hoy se presenta una singladura dura y difícil. 
Después de despedirme del navarro Rodrigo de la Quadra Salcedo (hijo de Miguel) que ha venido desde Madrid enviado por su canal AXN para grabar la salida de la expedición; y decir adiós a los simpatiquísimos miembros del equipo de la TV italiana STREAM (que seguirán nuestra travesía diariamente mediante transmisiones que haremos después de cada jornada de navegación) he zarpado a las doce desde Fiumicino. La salida al mar es complicada al formarse un intenso oleaje en la desembocadura del río Tíber. El catamarán de apoyo, que se llama "HARMONIE" ha embarcado a nuestros amigos de las televisiones italiana y española para grabar la salida. Les devolverá a puerto después de que graben como desaparezco en el horizonte. El catamarán es un barco a vela que me servirá para ayudarme en el tramo trasatlántico: Canarias-Antigua. En el barco (de bandera francesa), ondea una gran bandera de España y otra de mi Navarra natal. También una grande de Italia. Para apoyarme en el tramo Roma-Canarias, he alquilado un barco rápido que se llama "DOLPHIN" Sus armadores; Manuel y Maria Isabel, están muy metidos en mi travesía y me han tratado inmejorablemente bien. Fue una suerte conocerles a través del genial Ramón Aldehuela, amigo de Chus. Ramón a su vez es el artista que ha diseñado y fabricado los dos enormes depósitos de acero inoxidable que van sobre la cubierta del "HARMONIE" y que darán de beber a la "NUMANCIA" entre Canarias y América. En estos momentos, el "DOLPHIN" está esperando a que amaine un temporal que lo mantiene en el puerto de Mahón. Lo tripula Fernando, ese buen capitán y gran amigo. El catamarán navegará desde Roma a Nápoles para separarse después de la Expedición y viajar a Mallorca donde esperará a que lleguemos. Después quiero que continúe a Gibraltar y siga a Canarias. A bordo lleva una moto acuática de reserva, la NUMANCIA-2, para el tramo trasatlántico y muchos recambios. La idea es que viaje hacia Canarias, pero sin alejarse demasiado. Me conviene tenerlo a dos o tres días de navegación desde mi posición, por si falla la NUMANCIA-1 y hay que sustituirla. Sobre todo mientras navego por Túnez y Argelia donde es mas complicado conseguir recambios. Ha sido una pena no haber podido compartir con Fernando y Eva, los emocionantes actos de despedida en Roma. Como te decía están en Menorca esperando poder zarpar. Hubiera sido bonito estar todo el equipo junto. Pero así es la mar. Hay que estar siempre en sus manos y obedientes a sus decisiones. 

Después de gritarme Rodrigo Quadra-Salcedo desde la cubierta del catamarán "Aupa Navarra" y responderle yo "¡AUPA!" he puesto rumbo sur sur-este a la isla de Ponza. El barco regresará a puerto a dejar a los cámaras y luego volverá a hacerse a la mar rumbo a Nápoles. Yo le habré sacado una ventaja de unas sesenta millas. Con este motor de bajo consumo, tengo una autonomía de unas 100 millas. No me preocupa navegar sin barco de apoyo, siempre que haya puertos a lo largo del litoral donde pueda repostar por mi cuenta. Llamo por radio a la tripulación del barco y me despido de ellos hasta Nápoles. Ahora, por fin ya estoy solo frente al horizonte azul. ¡La travesía ha comenzado de verdad! Las primeras veinte millas son una maravilla. Aunque hace bastante frío, la mar está en calma y luce el sol. Navego en pie sobre el agua limpia de una mar color verde. La "NUMANCIA" navega muy bien. Voy a rumbo, separado media milla de la costa. La navegación no es difícil consultando mi fiable GPS con plotter, que tengo instalado en la parte anterior del asiento (como nunca uso el asiento, puedo incorporar equipos en él) Solo tengo que bajar la mirada y puedo ver bien la pantalla. Estoy contento aunque un poco débil físicamente, debido a toda la agitación de los últimos días. El entrenamiento que me impuse antes de zarpar fue muy duro. Fueron cuarenta días en Formentera viviendo en la mar a bordo de una balsa de salvamento. Cada día, me despertaba a las seis de la mañana. Nadaba dos horas, luego corría por la playa otra hora. Desayunaba fuerte y después salía a navegar ocho horas. Una rutina que me dio un buen fondo físico para resistir. El problema fue el obligado retraso del inicio de la Expedición. Esos meses de menor actividad no beneficiaron en nada mi forma física. Mientras navego, no paro de pensar en todo lo que he vivido y luchado estos años, y especialmente en los últimos meses, para poder estar ahora aquí: zarpando de Roma y con la intención de llegar ..¡a Nueva York!.. 

Estoy metido en mis pensamientos y disfrutando de la navegación sobre una mar en calma que me permite un crucero de 40 nudos, cuando de repente, cambia súbitamente el viento. Con la isla de Ponza en la proa, y de una manera casi instantánea como es usual en el Mediterráneo, se empieza a meter un norte que arbola la mar en pocos minutos. He viajado 28 millas y quedaban 102 a Nápoles. En pocos minutos, la mar empieza a mostrar su cara menos amable.. Estoy metido de lleno en una tormenta. Embate tras embate, empiezo a caerme. El agua está gélida. Intento evitar caerme demasiadas veces y voy cogiendo el ritmo de la lucha. Mi velocidad de crucero ha descendido drásticamente a 10 nudos.. En un momento dado, por un despiste al controlar el rumbo en el GPS, un gran golpe de mar me hace caer violentamente volcando mi pequeña "NUMANCIA" que queda boca abajo embarcando una gran cantidad de agua que la deja semihundida.. Me encuentro totalmente solo, muy lejos de costa y sin posibilidad de utilizar la radio. El viento ruge y la situación se pone fea. Me pongo nervioso y pienso seriamente que todo se puede estar acabando y viniéndose abajo en este momento. Todas mis ilusiones. Tantas personas que han apostado por mi Expedición. Me imagino compadecido por las personas que me despidieron en Roma.. Me viene al pensamiento el enorme esfuerzo económico que he tenido que asumir. Un porcentaje de los costes de la Expedición está financiado por mis patrocinadores (muchos de ellos supeditando el pago al éxito) El resto (casi el 50%) me lo autofinancio yo mismo, con los ahorros que pacientemente he ido reservando para mis travesías a lo largo de veinte años de trabajo: cuatro empresas fundadas. Muchos quebraderos de cabeza; horas de oficina; desasosiego y lucha. Ahora estoy en una situación difícil.. La mar se arbola más y más y aunque lo intento desesperadamente, no logro embarcarme en mi barquito semihundido. Con tanta agua dentro, pesa mucho y cada vez que intento subirme se voltea. Pronto me agoto físicamente por el esfuerzo de tratar de evitar que vuelva a girarse y hundirse mas aún.. Me sereno. Espero. Rezo. Intento recuperar las fuerzas mientras pienso en mi adorado Padre. Y rezo a San Francisco Javier; ese ancestro al que nos encomendamos siempre en casa, con la devoción que me supieron transmitir mis mayores. Al final, la previsión y los sistemas de seguridad que diseñamos antes de zarpar, me han salvado. Una de las modificaciones que pensamos Chus y yo, fue instalar una bomba independiente de achique de alta capacidad. Ese mecanismo me ha salvado probablemente la vida hoy. He accionando la bomba intermitentemente, dejándola descansar para no quedarme sin fuerza en la batería. El agua ha salido a borbotones y la "NUMANCIA" ha ido ganado flotabilidad recuperando su francobordo normal, hasta que, aterido de frío, he podido embarcarme lo más rápido posible. La mar ha seguido creciendo y he navegado muy concentrado hasta que el Sol ha desaparecido por la aleta de estribor. Aún quedan cuarenta millas hasta llegar al puerto de Nápoles. Cuando llega la noche, la temperatura baja drásticamente. La mar me viene por estribor y se enfurece cada vez más. Sin luz, no puedo prever los impactos de las olas. Tengo que intuirlas cuando las oigo llegar como sombras fantasmales. Asustado, siento su amenaza salvaje. Por unos momentos, pienso en navegar hacia la costa y no arriesgar. Sin embargo, intentar ganar costa es también peligroso porque no hay refugio seguro. He buscado en el mapa electrónico que se ilumina en mi sistema de navegación, pero no veo ningún puerto cercano. La costa se encuentra a dos millas de mi posición, pero las olas cortan ya a mi altura haciendo la mar blanca. En el horizonte de babor luces lejanas de pequeñas poblaciones. Lejos en mi proa, el faro de la isla Ischia parpadea débilmente. Se encuentra a gran distancia. Parece casi inalcanzable. Sin embargo, me anima la idea de saber que al doblar el cabo me encontraré la bahía de Nápoles... Tengo que resistir y llegar. Después de varias horas de navegación nocturna, en las que parecía que el faro se alejaba cada vez más, he logrado arribar a la bahía de Nápoles a salvo. Estoy tiritando de frío y miedo. Son las doce y media de la noche. Este ha sido un aviso de la mar. Me está diciendo lo que me espera. El viaje va a ser durísimo. Solo llevo 140 millas y ya he estado a punto de morir. Me quedan 10.000 millas. Después de veinte años pensando en cruzar el Atlántico, merece la pena intentarlo; creo que puedo conseguirlo. Pero tengo que tener la cabeza muy fría. Aquí no hay lugar para errores. En la mar se pagan carísimos..

PRIMER DIA DE NAVEGACIÓN: Sábado, 23.02.2002 Trayecto: ROMA - FIUMICINO

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Ayer, Marco Marrocco me organizó un emocionante almuerzo de despedida en el tradicional Circulo Aniene, a las orillas del Tíber. Por la noche, mis queridos amigos Dolores y Giovanni Carenzio organizaron una entrañable cena de despedida en el "Teatro de la Buggia" Tuve el gran honor de que viniera S.A.R. la Infanta Doña Beatriz, hija de Don Alfonso XIII Este sería su último acto público. Su presencia me llenó de ánimo y fuerza. Asistieron también la Infanta Doña Elena y mi hermano Jaime; muy mejorado y en un gesto que agradeceré siempre: vino a despedirme ocho semanas después de sufrir un infarto cerebral. También estaba mi Madre y hermanos, y muchas personas vinculadas a mi Expedición, como los Embajadores de ocho naciones por las que voy a navegar rumbo a América (incluido el encantador Embajador Mekuar del Reino de Marruecos, que ha querido venir aunque las relaciones entre España y Marruecos no pasan ahora por los mejores momentos..) Estuvieron los presidentes de las federaciones italiana y española de motonáutica; el Presidente de la Liga Naval y otras muchas personas que me arroparon en esos momentos previos a la salida. 

Hoy he dormido poco. Me he levantado pronto para preparar mi equipo de navegación. Necesito ropa para el frío que es el principal enemigo que tengo "ahí fuera" Estamos en pleno invierno y en la mar se pasa mucho frío. Sobre todo cuando navegas mojándote todo el tiempo y cayendo al agua.. A las once, he ido con mi familia a la Iglesia de Santa María Sopra Minerva, donde ha oficiado la Santa Misa el jesuita Padre Hoyos; mi antiguo tutor espiritual durante mis cinco años de internado en los Jesuitas de Burgos. Nunca olvidaré sus emotivas palabras que me han llenado de emoción. 
Durante la Misa he recordado la visita que hice con mi Madre y hermanos a Su Santidad el Papa hace pocos meses. Cuando le saludé, mirándole a sus ojos de paz le pedí que rezara por mi Expedición. Nunca olvidaré su santa expresión. Acabada la Misa me he puesto el traje de neopreno y equipo de navegación para encaminarme después al punto de salida: el Scalo de Pinedo; antiguo puerto de la flota de guerra de la Roma Imperial. La Asociación italiana "Mare Vivo" conocedora de mi Expedición y de los objetivos que persigo, ha permitido la utilización de una plataforma flotante que tienen en el río Tíber, para el acto de despedida. "Mare Vivo" es un grupo ecologista que trabaja por el respeto al mar; objetivo que comparto totalmente. De hecho, una de las razones de mi Expedición es concienciar sobre el respeto que debemos a la naturaleza, y estoy dispuesto a denunciar cualquier comportamiento del que sea testigo, y que atente contra la fragilidad del mar. Para eso llevo a bordo una pequeña cámara de vídeo sumergible con la que filmaré entre otras cosas, los vertidos ilegales de crudo que llevan a cabo numerosas embarcaciones en la mar. Tras unos agradables momentos con los medios de comunicación y los representantes diplomáticos se ha producido un momento único. Toda expedición tiene una madrina.. Abrazándome a ella, he propuesto a mi adorada Madre ser la madrina de mi aventura. Su fuerza me acompañará al nuevo Mundo! El vicepresidente del Parlamento italiano, Clemente Mastella, ha recalcado la importancia de que un navegante español a bordo de una embarcación llamada NUMANCIA zarpe desde el antiguo puerto imperial romano, quinientos años después de que un navegante italiano zarpara desde España también con rumbo a América. Un grupo de niños romanos me despide gritando fuerte el nombre de la embarcación: ¡¡NUMANCIA!! Italia me ayuda en mi Expedición, igual que a Colón le ayudó España. 

Decía Goethe que "lo mejor que debemos a la Historia es el entusiasmo que despierta" ¿Sabes por qué llamo NUMANCIA a mi embarcación? Como sabes, la de Numancia fue la historia de una resistencia. El triunfo de las ideas. La misma filosofía que nos anima a todos los que luchamos por un ideal (cualquiera que sea) Hace dos mil años, Roma invadió España. Numancia era una pequeña ciudad celtibérica que no se doblegaba ante los invasores. Los numantinos resistieron durante veinte años al poder de una Roma que para entonces ya dominaba el Mediterráneo y había logrado aniquilar a su rival, Cartago. Pero el gran ejército imperial no podía con los numantinos. Roma decidió entonces sitiar la ciudad de Numancia. El caudillo romano Escipión la encerró en un cerco de hierro que la hizo caer agotada hasta el último extremo. Muchos de sus pobladores prefirieron suicidarse antes que rendirse. Numancia se convirtió pronto en el símbolo de la independencia frente al absorbente poder de Roma, y desde hace veinte siglos, el recuerdo de su gesta no puede borrarse del corazón de los españoles. La lucha heroica de la pequeña Numancia es de un interés universal. Es un ejemplo para los pueblos y los individuos. Los alemanes que luchaban contra Napoleón diecinueve siglos después, encontraron inspiración en el heroísmo de los numantinos. Entre los años 1806 y 1813, se compusieron en alemán nada menos que cinco composiciones poéticas sobre Numancia. El nombre de Numancia será siempre repetido para no olvidarse nunca mientras subsista una cultura europea. Durante toda la Edad Media y siglos posteriores, la leyenda de Numancia corrió de boca en boca por toda Europa. Nadie sabía donde estaba. Ni siquiera si era verdad que Numancia había existido.. El arqueólogo alemán Adolfo Schulten colaboró enormemente a su descubrimiento. Después de varios años de excavaciones financiadas en buena parte por el Emperador Guillermo II de Alemania y mi abuelo Luis, Vizconde de Eza, en 1905 se descubrieron sus ruinas en Soria. Gran parte de ellas se encontraron en el antiguo Señorío de Garrexo, perteneciente a mi Familia desde tiempo inmemorial. Los terrenos fueron entonces cedidos al Estado. De ahí mi gran vinculación a Numancia y a la idea de resistencia; tan importante para la lucha ante la mar y ante la vida... 

Tras unas emocionantes despedidas, por fin he podio zarpar río abajo hacia Fiumicino. Aunque se encuentra un poco descuidado, el río Tíver es impresionante. Ver Roma desde el agua es una gran experiencia. Como si fuera una pequeña población, la gente se ha enterado que hoy zarpa un español desde Roma. Al verme pasar, desde las orillas y los puentes la gente, alegre, me grita palabras de ánimo y buenos deseos. Una vez mas, el carácter positivo italiano me hace sonreir de emoción. Casi no puedo creer lo que estoy viviendo. Tras salvar la Isla Tiberina, he navegado todo el río abajo hasta llegar a Fiumicino tres horas más tarde. Durante todo el trayecto, no he dejado de pensar en las palabras que me dijo el marino: 
"- Esta travesía será un éxito si logras zarpar: significará que lo has intentado" 

No sé lo que va a pasar a partir de mañana. Solo sé, que después de muchos meses de duros preparativos estoy iniciando por fin mi Expedición Atlántica. Doy gracias a Dios y me confío en Él para intentar llegar a tierras americanas. El intento se va a hacer. Seguro. Si lo logro lo celebraré con humildad marinera. Si no es así, me quedará el consuelo de haber intentado hacer realidad un pequeño gran sueño.. Mañana, la "NUMANCIA" y yo pondremos rumbo hacia Nápoles. La aventura ha comenzado y te la contaré como la viva.