Hoy he dividido mi equipo de apoyo en dos grupos; María, Johan y Chus han ido al puerto. Chus quiere intentar reparar el sistema eléctrico del barco y María con Johan van a editar el material de video grabado en las últimas horas para enviarlo a Italia y Antena3Internacional. Eva, Fernando y yo, acompañados por Moez, un guía simpatiquísimo que nos ha organizado mi amigo el Embajador de Túnez en Madrid, vamos a viajar al desierto para grabar unos manantiales que dan origen a los oasis de Tamerza y Chebika. Viajamos a Tozeur pasando por las impresionantes llanuras de los lagos de sal de Jerid y Fejej. Contrastando con la inmensidad aparentemente muerta y vacía del desierto, los impresionantes palmerales nos impresionan a todos. Dicen que estas palmeras producen los famosos dátiles de luz, "Deglet Ennour", que permiten que la luz los atraviese. Los pobladores del oasis nos explican el origen del agua; las precauciones que se deben tomar ante los alacranes; su vida en el desierto.. Sus miradas y sonrisa, limpias, nos cautivan y llenan de la paz que solo se siente en esta inmensidad. Antes de marcharme les dejo escrito en su libro de visitas: "Frente al desierto, puedo percibir la fuerza del Creador, que se hace sentimiento a través de las personas que pobláis esta inmensidad"
En nuestros uniformes, el escudo de Navarra es reconocido por un amable paseante. Estudió filología española y nos recita el Quijote en castellano antiguo.. Su sueño es poder visitar España algún día.. Un grupo de mujeres luciendo su vestido con la banda violeta (correspondiente a las solteras), pasea con gracia. Un hombre viejo protegido del sol con el turbante "Chesh", transporta su preciosa carga de alfalfa a lomos de su fiel platero. Los pollinos, siempre leales, siguen ayudando aquí a los humanos en las tareas más ingratas. Un pequeño camello blanco se acerca a su orgullosa madre para amamantarse. La vida transcurre con armoniosa naturalidad y sencillez. Mientras tanto, siento la similitud entre la mar y el desierto.. Los mismos horizontes, olas, sed, tormentas, armonía, dureza, vida, paz, miedo, solidaridad entre sus navegantes.. Sobrecoge verlo. ¡Es igual! Mis manos se encuentran muy débiles. Entre los incontables golpes y el frío que he pasado navegando, las uñas se me han contusionado y dos amenazan con caerse. Los labios empiezan a abrirse por causa de las bajísimas temperaturas; el sol y las muchas horas de agua a gran presión contra mi piel. Mañana si Dios quiere continuamos el viaje. El gran desierto de agua espera, imponente; mágico; amenazador.. Tras recorrer toda la costa norte de Túnez, pondré rumbo a la enigmática Argelia..