Domingo, 24.03.02 PUERTO BANUS (MALAGA)
Hoy ha cambiado ya el tiempo. Hay una borrasca en las Islas Canarias y empieza el Levante que puede durar varios días. Aprovechamos para descansar y poner a punto la pequeña "NUMANCIA"
Hoy ha cambiado ya el tiempo. Hay una borrasca en las Islas Canarias y empieza el Levante que puede durar varios días. Aprovechamos para descansar y poner a punto la pequeña "NUMANCIA"
Zarpo de Alicante. Me despido del barco. Tengo autonomía para llegar hasta el Cabo de Palos. Le digo a Fernando que quedamos en el Cabo: voy a navegar toda la noche y a gran velocidad sin esperar al barco. La mar está en calma y puedo hacer 35 nudos de crucero. Al amanecer llego a Cabo de Palos. Espero al barco durante varias horas. Me tumbo en la NUMANCIA y trato de dormitar. Es difícil no volcar pero estoy tan cansado que me viene muy bien parar un poco. Llega mi nodriza y tras repostar sigo navegando rápido rumbo al Cabo de Gata- Almerimar.
Tras una paliza de 30 horas, arribo solo al Puerto de Almerimar. El del surtidor se queda de piedra cuando me ve completamente quemado y sin fuerza para amarrar siquiera. Desembarco, me tumbo en el suelo a la sombra y me quedo dormido en el segundo siguiente. Tres horas después llega el barco de apoyo. Los marineros del puerto, al ver mi aspecto, me convencen para que duerma un poco e insisten en dejarme un pequeño apartamento en la torre para que pueda descansar. Acepto y me quedo como un tronco. Lo necesitaba. Las 30 horas de navegación continuada me habían machacado..
Hoy luce el Sol y Sierra Nevada aparece cubierta de nieve bañada de luz. Hoy la mar está en calma. Parece increíble, pero hoy es el segundo día de buena mar desde que zarpé de Roma. Puedo viajar muy rápido y le digo al capitán que le veo en Motril para repostar. En una hora llego a Motril. Espero a que llegue el barco, reposto a tope y zarpo en solitario rumbo a Torremolinos donde llego en dos horas. Estoy alcanzando velocidades de 55 nudos. Hoy navegar es una maravilla. Toda la mala mar que he soportado las últimas semanas se ve compensada en estas tres horas de calma y buen tiempo. Estoy feliz. Descalzo y ligero de ropa, la navegación se hace unión íntima con la naturaleza. Los delfines aparecen una vez más. Sus juegos me sorprenden cada vez. Espero al barco en Torremolinos y cuando llega vamos en grupo a visitar a las Madres Carmelitas. Es Semana Santa y no suelen recibir visitas, pero habían quedado conmigo y hacen una excepción, permitiéndome compartir un rato en su maravillosa presencia de paz. Les cuento sobre la navegación y se maravillan cuando les enseño un vídeo de los delfines que pude filmar ayer. Mi querida tía me da ánimos y nos cantan una melodía que por un momento nos abre las puertas del paraíso soñado. Estar en presencia de nuestros ángeles es una sensación igual de feliz que navegar en la mar azul. Tras despedirme pongo rumbo a Puerto Banús donde hay organizada una conferencia de prensa para explicar a los medios los últimos días de travesía.
Me despierto muy pronto. Chus está probando la máquina y piensa que todo está correcto. Si es así necesitaré recuperar el tiempo perdido. Nos hemos quedado muchos días inactivos y tengo el compromiso de estar en Málaga mañana Sábado.. Quiero visitar a mi tía Marichu en su convento de las Madres Carmelitas Descalzas. Va a ser muy difícil llegar mañana a Málaga desde Ibiza en una moto de agua.. A no ser.. A no ser que navegue muchas horas sin descanso, unas treinta.. Estoy dispuesto. Tengo que recuperar el tiempo perdido como sea. Zarpo finalmente a las 12:00 con el objetivo de llegar de una tirada al puerto de Almerimar (Almería) que dista 320 Millas Náuticas de Ibiza (¡600 Kilómetros!) Hay una niebla espesa que impide la navegación segura lo que me obliga a navegar muy lento y estar muy pendiente de los instrumentos de navegación de la "NUMANCIA" El GPS Laurents funciona perfectamente y me va marcando el curso con precisión. Arribo a Formentera a las tres de la tarde. Johny (Juez de Paz), Claudia y Jerónimo me esperan con algunos entrañables amigos isleños. Me regalan una bandera de las Islas Baleares y de Formentera. Prometo ondearlas en Nueva York si logro llegar hasta allí.. Yo les doy la bandera de Navarra y la de mi Expedición en un sencillo acto donde se vuelve a hablar de tolerancia y del amor que sentimos todos por Formentera. También de como las Islas Baleares fueron a través de los siglos, crisol de culturas y ejemplo de tolerancia, contribuyendo a la construcción de nuestra bien amada España. Emocionado zarpo rumbo a Alicante donde arribo a las once de la noche. En el Real Club de Regatas nos reciben con cariño. Me como un bocadillo rápido y aunque nos ofrecen hacer noche decido continuar.