Viernes, 5.04.02 TANGER - CASABLANCA (REINO DE MARRUECOS)

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Hoy ha sido un día durísimo. Acabo de llegar a Casablanca procedente de Tánger tras recorrer las 170 Millas (310 Km.) que las separan. Ya en pleno Océano, han sido dieciséis horas seguidas de navegación. Siempre en pie. Siempre solo, en medio de la mar, resistiendo los tremendos embates de la gélida agua atlántica. Intentando superar los miedos que me asaltan en esa soledad total. Son las tres y media de la madrugada (ya del sábado) y me pongo a escribir lo que he vivido hasta hace diez minutos. He zarpado de Tánger a las once, tras visitar al Cónsul de España. Ayer, muy amable, me propuso pasar por su residencia hoy a la mañana para tomar algo antes de salir rumbo a Casablanca. El consulado en Tánger es un edificio precioso con un jardín espectacular que cuida nuestro Cónsul, muy aficionado a estas artes. José Ramón Remacha y Tejada es navarro y, además de diplomático, es profesor en la Universidad de Navarra. Ayer cuando llegué a Tánger vio el escudo navarro bordado en mi ropa de navegación y en el uniforme de los tripulantes del barco de apoyo y le encantó. Enseguida dijo que éramos paisanos, por lo que le he regalado una gorra de la travesía que le ha gustado mucho. El escudo lo tenemos bordado con las cadenas en forma ovalada; como se representaba antiguamente. Mi primo Pablo Menéndez Pidal, que es un experto en la materia, da fe que es una representación perfecta y acorde con el sentido de nuestro emblema foral. Me despido de este amabilísimo y dignísimo representante de nuestra Patria en Tánger proponiéndole que forme parte de nuestro comité. Acepta y me hace sentir muy honrado. 
Cuando estoy a punto de embarcarme me llaman desde España. Es mi querida Mónica sintiéndose triste por un injusto y falaz comentario sobre mi expedición que aparece hoy en un periódico de Madrid. Inmediatamente me pregunto a mí mismo: ¿por qué tendrán que opinar los que no saben? ¿por qué juzgar al prójimo cuando no se le conoce..? Cuántas penas hay que tener "abordo" de una conciencia para atreverse a calumniar y no respetar a los demás. Pero bueno, seguiré rezando desde la mar todos los días para que Dios alivie un poco el insoportable sufrimiento de los pequeños calumniadores. Esta travesía también se la dedico a ellos: a los cuatro o cinco "valientes" que dedican su vida a hablar mal del ajeno; por detrás, y escondidos en sus intocables pedestales mediáticos. 
Zarpo, alegre de zarpar, tras despedirme de las numerosas personas que están en puerto. Me acerco a varios pesqueros amarrados y sus tripulaciones me desean buena fortuna. Que importante es la fuerza que transmiten los marinos. Otro marino, esta vez de guerra y español me ha llamado esta mañana. Es Marcial. Ya te he hablado de él cuando me recibió en Palma. Marcial es (como Miguel de la Quadra) uno de los padrinos de mi Expedición. Se preocupa de prevenirme cuando hay mal tiempo y me aconseja siempre desde su enorme experiencia y amor a la mar. Me transmite confianza y ánimo para no rendirme nunca. ¡Gracias Almirante! 
El día está muy gris y hace frío. La mar está mal. Grandes olas continuas me impiden una buena navegación. La costa se inicia con una playa gigante, cuya línea se hace infinita hacia el sur. Corona la arena un horizonte de verdes, resaltados por la tímida luz de un sol que intenta hacerse paso entre las inertes nubes grises que amenazadoramente, comienzan a soltar su carga de agua entre imponentes látigos eléctricos. Hoy navego estrictamente solo. El barco tiene que alejarse mucho de costa porque hay muchísimas redes. Quedo con Fernando en llamarle por radio en cinco horas para repostar. Hoy me siento muy bajo de moral. Es el primer día en estos cuatro mil kilómetros ya superados que me siento sin fuerza. ¿Habrán triunfado los comentarios negativos sobre los positivos? ¿La poca gente que no quiere que llegue a mi destino, sobre la numerosa que lo desea y ayuda para que ocurra? Lamentablemente, siempre se hacen oír mas los malos que los buenos. En Navarra y en las tierras ex-navarras vascongadas, sabemos que eso es así desde hace demasiado tiempo... Sigo navegando hora tras hora. Intentando no desfallecer. Rezo constantemente. Me siento mareado por el esfuerzo y empiezo a preocuparme en serio. Si me pasa algo no hay nadie en muchos kilómetros a la redonda. Llamo por radio al barco y una hora mas tarde converjo con el nodriza para la operación de repostaje y avituallamiento. 
En diez minutos nos volvemos a despedir hasta dentro de 70 millas. Larache, en la lejanía de babor, me trae recuerdos de la presencia Española en estas tierras entrañablemente hermanas. Sigo avanzando con mucho esfuerzo. Cuando el sol comienza a derrotarse, aparece Kenitra en el horizonte. La muralla me impresiona. Otra ola gigante me quiere desarbolar. Por enésima vez, logro zafarme gracias a la respuesta de mi fiel "NUMANCIA". Navego a 500 Yardas de costa intentando que no me atrapen las inmensas paredes de agua que no paran de entrarme por la banda de estribor. En un instante una especie de "tsunami" me sorprende. Es como un gran monstruo de agua que quiere devorarme. Intento superar la inmensa ola que tiene una forma amenazadoramente perfecta. Rápido dirijo la proa hacia la curva de agua y espuma. Avanza inexorable hacia mí. Está empezando a cortar y me asusto. El corazón me da un vuelco y se multiplican las pulsaciones. Tras la lucha me vence y caigo arrasado. Nado y logro hacerme con la "NUMANCIA", que ha sido despedida lejos de mí. Normalmente navego atado para evitar perder mi embarcación pero hoy no he tomado esa precaución. Enseguida, aparece la segunda ola que se me viene encima otra vez. Aguanto la embestida como puedo desde el agua y sujetando la moto acuática por la proa. Intento embarcarme rápidamente y lo logro justo antes que la tercera y última de la peligrosa frecuencia de olas me fulmine. Salgo veloz de la zona mar adentro donde encuentro mejor resguardo. Otra vez gracias a Dios, he podido salir a flote. Ya es noche cerrada. Hoy no hay luna y las estrellas solo se pueden imaginar encima del telón de nubes que las esconde. Después de muchas horas de nocturno total arribo a la altura de Rabat. No paro; mi objetivo hoy es llegar a Casablanca. Estoy sin carburante. Llamo por radio al barco para repostar. No hay respuesta. El barco debe estar a mas de treinta millas y no me reciben. El teléfono IRIDIUM que llevo abordo esta sin batería. Estoy a punto de quedarme sin combustible. Calculo que me llega justo para llegar a Mohamedia. Aunque por poco, fallo en mi pronóstico y me quedo a cuatro Millas del puerto. Sigo sin lograr hablar con el barco y decido hacer un puente a través de emisoras de costa. Llamo al puerto de Mohamedia que se encuentra muy cercano y les pido que llamen al "DOLPHINS". También les doy mi posición que leo en mi infalible GPS Laurents, que está demostrando una fiabilidad total. Tras confirmar los datos de latitud y longitud, logran localizar al barco que llega a "darme de beber" una hora y media después. Durante la espera me he helado de frío pero ha compensado por comprobar la impresionante celeridad, educación, calma, profesionalidad y precisión que han demostrado los marroquíes en esta situación. La asistencia para lograr la comunicación ha sido perfecta. Por fin, arribo a Casablanca a las tres de la madrugada. Estoy agotado y helado de frío. Sigo mareado, lo que comienza a inquietarme. Salto a tierra en la base naval y por un momento tengo la sensación que me voy a caer en redondo. Inevitablemente pienso con temor que puede pasarme algo parecido a lo que ocurrió a mi hermano pequeño. Comienza a llover. El Wali, acompañado de una representación de la Armada de Marruecos, me recibe con afecto. Saco fuerzas de flaqueza y le entrego nuestras banderas en un abrazo que me hace sentir que al final, todo ha compensado. Seguiré adelante. Que Dios me ayude. Mañana rumbo sur; hacia Agadir; Sidi- Ifni; Canarias y luego... ¡proa a las Américas! 

Jueves, 4.04.02 RUMBO A TÁNGER (MARRUECOS)

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Por fin he podido cruzar a Tánger. He zarpado a las once. Atrás se ha quedado España peninsular. El Continente europeo ha terminado para nuestra Expedición Atlántica. Ahora comienza África... Y luego, si Dios quiere, vendrá América. Tres continentes unidos por la Mar Océano. En mitad del estrecho; entre Barbate y Tánger he podido imaginarme los dos continentes unidos. Un día estuvieron juntos, pero hoy están separados. Físicamente lo están unas pocas millas, pero socialmente están a miles y miles de millas.., por desgracia y para vergüenza de la condición humana... Hoy el día ha sido frío y lluvioso. El cielo gris no invitaba a navegar, pero estoy acostumbrado a navegar en cualquier condición y me gustan las condiciones duras. El único límite que me impongo es cuando las condiciones meteorológicas suponen un alto riesgo para mi tripulación de apoyo. La travesía ha sido bastante rápida. En cuatro horas he recorrido las 74 millas con viento de poniente, fuerza seis y fuerte marejada. En la mitad del estrecho de Gibraltar he batido mi propio récord. Hoy he superado las 2200 millas de la travesía Canarias- Bilbao (tramo Canarias-Santander) que significó la máxima distancia navegada en solitario en este tipo de embarcaciones. A partir de hoy comienza un nuevo récord. Eso significa que ya se ha logrado un pequeño triunfo: pase lo que pase a partir de ahora en mi Expedición, ya se establece un nuevo récord del mundo para la navegación española. 
El recibimiento en el puerto de Tánger ha sido espectacular. El Wali, el de España y representantes del ministerio marroquí de deportes me han recibido en una jaima entre música folclórica y una cordialidad desbordada. Un buen té caliente me ha venido muy bien porque estaba hecho un témpano.. Otra vez la hospitalidad árabe nos ha sosegado y animado a seguir firmes en este difícil reto. Enseguida hemos organizado el acto de intercambio de banderas. Con el estandarte navarro; frente a la bandera roja con la estrella verde y unas preciosas fotos de S.M. el Rey de Marruecos, hemos intercambiado las banderas de la expedición y España por la del Reino Alahuita. Otra vez se han lanzado mensajes de unión, tolerancia, fraternidad entre vecinos y amor a nuestras Patrias, unidas íntimamente hoy por la pequeña gran "NUMANCIA" Cuanta emoción se siente en estos momentos.. Que bonito es recibir la bandera de un país querido y admirado. Cuanta responsabilidad supone que te confíen su bandera para que la lleves a las américas.. Que emoción sentir la presencia de Navarra en este acto solemne que ha ocurrido en un lugar mágico.. Gracias a Dios he podido llegar aquí. ¡Gracias Dios mío! ¡Gracias San Francisco Javier!